Posesión demoníaca

Según determinadas religiones, una persona es víctima de una posesión demoníaca, está endemoniada, o simplemente está poseída, cuando un espíritu maligno entra en su cuerpo y le hace hablar y comportarse, no como ella quisiera, sino como el tal espíritu quiere. "Los signos exteriores de la posesión son casi siempre los mismos: la individualidad se desvanece y surge una distinta, demoníaca, que dura más o menos tiempo, a modo de un ataque", afirma Julio Caro Baroja.1​ Este trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu por uno o más demonios,2​ desde el punto médico se considera un trastorno disociativo de la histeria y se le denomina «endemoniaría» o «demonio manía»

Posesiones demoníacas en las mitologías antiguas


Las referencias más antiguas de posesiones demoníacas datan de los sumerios, quienes creían que todas las enfermedades del cuerpo y de la mente eran causadas por «demonios de la enfermedad» llamados gid-dim.3​ El sacerdote que practicaba exorcismos se denominaba ashipu, por contraposición a los asu, médicos que aplicaban vendajes.

Muchas tablillas de escritura cuneiforme incluyen plegarias a ciertos dioses pidiendo protección contra los demonios, y otras solicitaban a los dioses que expelieran a los demonios que invadían sus cuerpos.



Las culturas chamánicas también creían en la posesión demoníaca y los doctores chamanes también efectuaban exorcismos. En estas culturas, los decesos se atribuían a la acción de un demonio sobre el cuerpo del paciente.

Posesión demoníaca y brujería

En el siglo XVII algunos casos de supuesta "posesión demoníaca" fueron atribuidos a brujas y, sobre todo, a brujos. El método que se creía que utilizaban era la entrega de un objeto cotidiano a una persona que quedaba así "endemoniada", poseída por el Demonio de forma física, de ahí que en los exorcismos se utilizaran sustancias con un fuerte olor y sabor para obligar al demonio a que abandonara el cuerpo que había "ocupado". Por ejemplo, en el manual para exorcismos Flagellum daemonum de Mengus se dan recetas de extraños ingredientes para combatir los maleficios y las posesiones.




También se creía que los brujos utilizaban la posesión carnal de las mujeres a las que seducían para que fueran poseídas por el demonio. Fue el caso de un sacerdote, preceptor del convento de las monjas ursulinas de Aix, que en 1610 fue acusado de ser brujo y de haber abusado y endemoniado a las religiosas que estaban a su cuidado espiritual. Más famoso fue el caso de las endemoniadas de Loudun, en el que el joven sacerdote Urbano Grandier fue acusado por la superiora del convento de Loudun de haber endemoniado a todas sus monjas, siendo quemado en la hoguera. Un caso similar tuvo lugar en el convento de San Plácido de Madrid en el que su director espiritual, fray Francisco García Calderón, fue denunciado y condenado por la Inquisición española por haber seducido y endemoniado a las monjas, y también por ser "alumbrado". Estas últimas abjuraron de levi, sufriendo diversas penas, y la superiora del convento, Teresa Valle de la Cerda, tras pedir la revisión de su caso, confesó que fue poseída por un demonio llamado Peregrino y que
hasta veinticinco monjas más estuvieron endemoniadas

Siglo XVIII

En el año 1791 Eberhard Gmelin describe por primera vez un caso de personalidad múltiple redefiniendo lo que antes se había conocido como posesión demoníaca a la luz de los progresos de la psiquiatría y la psicología

Explicación científica

Desde un punto de vista médico, la posesión demoníaca se considera una de las formas del trastorno disociativo (de conversión) que antiguamente se denominaba histeria. Se codifica en la clasificación internacional de enfermedades mentales (CIE) de la Organización Mundial de la Salud como F-44.3 trastorno de trance o posesión o como F-44.81 trastorno de personalidad múltiple; también se halla incorporado en el Manual de Diagnóstico y Estadística en su cuarta versión (DSM-IV). Comúnmente se le denomina «demoniopatía» o «demoniomanía» y se describe como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control.

Su estudio médico comienza en 1791, cuando Eberhard Gmelin publica el primer caso de «doble conciencia»,[cita requerida]inaugurando así el estudio científico de esta rara patología que había sido atribuida desde siempre a supuestas entidades espirituales.



Algunos datos importantes son la publicación de Pierre Janet del caso «Aquiles», sobre un sujeto que en 1890 es poseído por el demonio y curado por el tratamiento hipnótico. Posteriormente, Joseph Breuer en colaboración con Sigmund Freud publica en 1895 los Estudios sobre la histeria, que se basa en el caso de Anna O, una joven con personalidad múltiple que hablaba en lenguas extranjeras. Continua el proceso Théodore Flournoy con el estudio de la medium Helene Smith, en su libro publicado en 1899 Desde la India al planeta Marte. En la actualidad, aunque poco publicitados, se ha continuado estudiando el trastorno con revisiones sobre temas tales como vudú, chamanismo, exorcismo, etc.

La medicina ha identificado una serie de trastornos psíquicos y neurológicos en los que se manifiestan fuerzas y aspectos desconocidos del psiquismo humano cuyos síntomas se parecen a lo que las religiones interpretan como signos de posesión demoniaca. Por ejemplo en 1608 el monje italiano Francesco Maria Guazzo, un ferviente creyente en la realidad de la brujería, señalaba en su Compendium Maleficarum que era difícil distinguir los signos indicativos de posesión de los síntomas de algunos trastornos mentales.



Por otra parte el neurólogo francés Jean-Martin Charcot fue el primero en percatarse de la similitud que mostraban los casos de histeria y los de posesión diabólica.



Otro síntoma que presentan las personas poseídas, son las reiteradas visiones y sentimientos que presentan, tales como sentir que un ente extraño les controla, sentimientos de ahogarse, quemarse, dolor, angustia y visión de entes, personas o espíritus extraños o ya fallecidos y que no son percibidos por los demás. Estos síntomas suelen aparecer en los diferentes tipos de trastornos disociativos, a menudo sobre todo en estratos socioeconómicos bajos o en regiones apartadas de la civilización y a menudo en cultos cristianos pequeños (sectas) se confunden los síntomas de la esquizofrenia o los trastornos de ideas delirantes con manifestaciones de posesión demoníaca

En el cine

El tema de la posesión demoníaca ha sido más explotado por el cine que por la literatura. La película más famosa que aborda este tema es El exorcista, que retrata un caso de posesión demoníaca en el siglo XX. La cinta muestra todas las características que debe reunir una persona para determinar que está poseída: hablar un idioma que desconozca, odiar los símbolos sagrados cristianos, blasfemar, practicar la telequinesis y demostrar una fuerza superior a sus capacidades físicas. Cabe mencionar que el sacerdote, quien además es psiquiatra, es el personaje más escéptico y racional de la película y durante una buena parte, se niega a admitir la posibilidad de una posesión diabólica.

estas imagenes son de la verdadera emily rose.





El exorcismo de Emily Rose ―dirigida por Scott Derrickson en 2005― se basó en el caso real de la joven alemana Anneliese Michel, que murió por desnutrición y deshidratación a causa de que el demonio la impidió comer y beber durante meses el 1 de julio de 1976 después de haber sido sometida a varios exorcismos siendo sus padres y sacerdotes participantes juzgados y condenados por negligencia médica. "El Rito", película estrenada a principios del 2011. Basada en hechos reales sucedidos de un exorcismo realizado en la ciudad del vaticano.







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